Las "Rimas" de Bécquer


La obra de Gustavo Adolfo Bécquer es relativamente breve en cuanto a cantidad (debido a lo breve de su vida, y también a algunas vicisitudes, como la pérdida del manuscrito con sus poemas durante la Revolución del 68) pero trascendental: su forma de entender y escribir la poesía inaugura la poesía moderna, y su influencia se alarga prácticamente hasta nuestros días, sin perder nunca su capacidad de conectar con la sensibilidad de todas las generaciones de lectores que le sucedieron, en parte por las características que le diferencian de toda la poesía anterior: su sencillez, su hondura, su autenticidad.

Bécquer muestra una visión idealista del arte y del artista: cree sobre todo en la inspiración, el genio poético. La poesía nace del espíritu; es algo casi ajeno al poeta, que está en la realidad, y éste solo tiene que captarla:

"Hay una poesía magnífica y sonora; una poesía hija de la meditación y el arte, que se engalana con todas las pompas de la lengua, que se mueve con una cadenciosa majestad, habla a la imaginación, completa sus cuadros y la conduce a su antojo por un sendero desconocido, seduciéndola con su armonía y su hermosura. Hay otra natural, breve, seca, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye, y desnuda de artificio, desembarazada dentro de una forma libre, despierta, con una que las toca, las mil ideas que duermen en el océano sin fondo de la fantasía. La primera tiene un valor dado: es la poesía de todo el mundo. La segunda carece de medida absoluta, adquiere las proporciones de la imaginación que impresiona: puede llamare la poesía de los poetas."

Junto a Rosalía de Castro, se le considera un poeta postromántico, porque escribe al estilo romántico en plena época realista (2ª mitad del XIX) 

En su obra diferenciamos tres grandes facetas:
1. Las Leyendas. 28 narraciones breves que recogen algún suceso extraordinario, misterioso y, frecuentemente, sobrenatural o inexplicable. Son un compendio de temas y motivos románticos.
2. Los artículos periodísticos (Cartas desde mi celda) artículos periodísticos escritos desde Veruela (Zaragoza) en los que reflexiona sobre distintos temas, entre ellos el arte y la literatura.
3. Su poesía: las Rimas recopilación de 76 poemas escritos a lo largo de su vida

Las Rimas recogen poemas que  Bécquer escribió a lo largo de su vida, y que su autor no llegó a ver publicados. Había preparado  un manuscrito por encargo de González Bravo, pero se perdió durante la Revolución del 68. Como no  había guardado copia, intentó reconstruirlos de memoria. Los fue copiando en un cuaderno que llevaba por título “Libro de los gorriones”, y en él llegó a copiar 79 Rimas (seguramente menos que en el manuscrito original), y los llamó “rimas” porque era consciente de las diferencias entre sus poemas y la poesía que se había hecho hasta entonces.

 A su muerte en 1870, las Rimas estaban sin publicar. Sus amigos prepararon la edición: suprimieron tres y ordenaron el resto, poniéndoles un número romano, como si contaran la historia de un poeta que indaga sobre él mismo y la poesía; luego busca la ilusión del amor, sufre desengaños y dolor amoroso y esto le lleva al pesimismo, la tristeza, la falta de sentido de la vida y el dolor por la cercanía de la muerte. 

Por tanto, hoy leemos las Rimas en el orden que les dieron los amigos de Bécquer, aunque seguramente no es el que hubiera querido el poeta, y en ellas se distinguen cuatro partes, de acuerdo con cuatro grandes temas:
  • 1ª parte (Rimas I-IX): el poeta habla sobre la poesía y sobre él mismo, (como una “presentación”).
  • 2ª parte (Rimas X-XXIX): amor ilusionado, feliz.
  • 3ª parte (Rimas XXX-LIV): desengaño amoroso, amor frustrado, sufrimiento por amor.
  • 4ª parte (Rimas LV-LXXIX): pesimismo vital: soledad, tristeza, angustia, cercanía de la muerte. 

Las Rimas son poemas breves (incluso de una sola estrofa) de métrica muy sencilla. Predominan las estrofas cortas (sobre todo de cuatro versos), y combina el uso de estrofas clásicas y tradicionales (quintillas, cuartetas, redondillas…) con combinaciones personales, algunas polimétricas, y el uso abundante de la rima asonante.

La lengua no es tan altisonante como la de otros poetas románticos; es más sencilla (acorde con el tono intimista) pero muy expresiva y cuidada. Es muy frecuente el uso de símbolos (elementos perceptibles por los sentidos que aparecen en el poema pero representando ideas abstractas), metáforas, comparaciones, adjetivos expresivos y llenos de sugerencias, antítesis, exclamaciones, interrogaciones, hipérbatos…. Y otros recursos como paralelismos y anáforas, que, además de estacar determinados aspectos, dan ritmo al poema.


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